Las tildes en el español

¡Las tildes en español son verdaderamente absurdas!, me dije. No tiene sentido que las llanas se acentúen excepto si terminan en n o s, y las agudas viceversa. Lo lógico sería que toda silaba tónica llevase acento. Y así, comencé a tomar apuntes haciendo esto mismo.

Pronto, terminé harto; de dicha forma toda palabra tiene tilde, lo cual es farragoso; la opción actual tiene un mucho mejor balance entre economía de términos y complejidad. Los ingleses, por el contrario, eligen no poner tildes por ninguna parte, y uno no sabe si la simple palabra dog se acentúa en la cuarta sílaba o todo lo contrario.

Sea como fuere, después de hartarme a escribir tildes modifiqué un antiguo programa (del que hablaba en esta entrada) para determinar algunos datos. Los resultados son más o menos constantes para El Quijote, El lazarillo de Tormes y El Buscón, así como en un Lemario del español obtenido de la red (Enlace):





En el diccionario hay más tildes porque este, al contrario que el discurso normal, no repite artículos ni preposiciones. Como nota final, dejo este fragmento del Quijote que me encontré buscando palabras con cinco íes o más. Atención a Sancho.
Sosegados todos y puestos en silencio, estaban esperando quién le había de romper, y fue la dueña Dolorida con estas palabras: 
-Confiada estoy, señor poderosísimo, hermosísima señora y discretísimos circunstantes, que ha de hallar mi cuitísima en vuestros valerosísimos pechos acogimiento, no menos plácido que generoso y doloroso, porque ella es tal, que es bastante a enternecer los mármoles y a ablandar los diamantes y a molificar los aceros de los más endurecidos corazones del mundo; pero antes que salga a la plaza de vuestros oídos (por no decir orejas), quisiera que me hicieran sabidora si está en este gremio, corro y compañía el acendradísimo caballero don Quijote de la Manchísima y su escuderísimo Panza. 
—El Panza—antes que otro respondiese, dijo Sancho— aquí está y el don Quijotísimo asimismo, y, así, podréis, dolorosísima dueñísima, decir lo que quisieridísimis, que todos estamos prontos y aparejadísimos a ser vuestros servidorísimos.
 Y nótese que quisieridísimis es un verbo. Vale. 

Poemillas programáticamente producidos.

Tras enviarme mi padre este artículo de El País acerca de un programa con el ingenioso nombre de WASP (Wishful Automatic Spanish Poet), y leerme el texto académico, que presenta algunos detalles explícitos, he programado un divertimento que, dado un poema, produce otro, imitándolo. Al ser mi programa menos autónomo, su resultado estético es más satisfactorio. Este es su Magnum Opus:


Un punto a quién identifique en qué poema está basado.

La ἀλήθεια (aletheia) desde Heidegger.

1. Introducción:

La verdad como corrección no es de la misma esencia que la verdad como desocultamiento. Rayos y centellas: con esas palabras un cristal anteriormente invisible ya se mostraba como todo menos transparente; chocaba visceralmente contra “una opinión impensada, en sí llamada obvia”. Desarrollemos pues, dicha idea. 

Para ello expondremos en primer lugar los problemas de distancia y de traducción y en segundo lugar proporcionaremos intuiciones, acerca de la ἀλήθεια, en la forma de una batería de ejemplos. En estos dos apartados procuraremos adelantar y dejar traslucir lo aprendido, y sólo al final expondremos los puntos teóricos destilados, que para entonces deberían ser familiares para el lector.

Podríamos perfectamente presentar primero la sustancia teórica, luego los ejemplos y finalmente aplicar las consideraciones anteriores al problema de la traducción. No obstante, la estructuración elegida nos parece, en primer lugar más amena y en segundo lugar más satisfactoria, pues en vez de requerir un acto de fe al presentar la teoría, como conclusión de una exposición ya tiene cierta justificación.

2. Problemas de distancia y de traducción.

Otra cita igualmente desgarradora: El dios del antiguo testamento es un Dios que da órdenes. Su palabra es “tú (no) debes”. Los dioses griegos no son dioses que ordenan, sino que más bien dan señales, indican. O, en palabras de Heráclito, El señor del cual es el oráculo de Delfos ni dice ni oculta, sino que señala (ni habla ni vela, sino que indica). Los dioses disneyficados distan mucho de los griegos; un ejemplo de ello es el Eros que se identifica con un Cupido querubín, que en nada se asemeja a los Eros que se discuten en el Banquete de Platón ni el que se muestra en, por ejemplo, en la Teogonía de Hesíodo.

La distancia se hace tan grande que surge la duda de si una época tardía esté aún en condiciones de pensar nuevamente los pensamientos más tempranos. A esa duda se agrega otra: la de si tal proyecto es de alguna utilidad, nos previene Heidegger.

Y mediante su Parménides, Heidegger intenta traspasar esa distancia. Para ello, en primer lugar, nos presenta el Catch-22 de toda traducción: avisándonos de que La traducción adjunta contiene ya la interpretación del texto y señalándonos que la palabra “desocultamiento” no “es” desocultamiento, en el contexto de una traducción. Se entiende mejor como el mejor intento de una aproximación a ἀλήθεια por parte del traductor.

Por otro lado, Heidegger pretende conocer a Grecia desde Grecia, lo cual implica conocer la ἀλήθεια griega sin nuestro bagaje occidental contemporáneo. Y sin embargo, partimos inevitablemente de una concepción del conocer. Por ello, en el proceso de conocimiento en un primer lugar, se determinaría con exactitud qué es ἀλήθεια, y tan solo después podríamos comenzar a descubrir la ἀλήθεια desde la ἀλήθεια. Lo que quiero decir se entiende con el siguiente experimento: Si los griegos descritos por Heidegger nos estudiasen a nosotros, buscarían indudablemente aprehender la esencia de la exactitud, en vez de conocer qué es la exactitud con exactitud, o la corrección con corrección.

Así, conocer a Grecia desde Grecia sería recursivo, pues para ello sería necesario conocerla ya de antemano. De forma similar, dilucidar el funcionamiento del antiguo lenguaje jeroglífico egipcio desde su propia gramática y vocabulario podría parecer una excelente idea desde la teoría, y sin embargo ser irrealizable en la práctica. Por tanto nos da la impresión que Heidegger busca, y en gran medida consigue determinar con exactitud en qué consiste la ἀλήθεια griega (en contraposición a conseguir desocultar su esencia). Para hacer esto último y no caer en paradojas primer curso de teoría de tipos, me parece que serían necesarios varios ciclos, determinando una nueva “verdad” desde la perspectiva dilucidada en el paso anterior.

Esa impresión no es tan solo un juicio de valor; se fundamente en cierto análisis de lo no dicho en el decir de Heidegger, por ejemplo en Zu meinen wir betrieben eine sogenannte »Wortphilosophie«, die alles aus bloßen Wortbedeutungen herausklaubt, ist frelich eine sehr bequeme Meinung, aber auch eine so oberflächliche, daß sie nicht einmal mehr als falsche Meinung bezeichnet werden kann [Encontramos el término falso, que es posterior a lo griego]. No obstante, de momento tomamos esa intuición como hipótesis de trabajo, sujeta a modificaciones a medida que perfeccionemos nuestro control del alemán. Si resulta errónea, estoy seguro de que descubrir donde falla mi comprensión será una experiencia fascinante  [N.B: Para los puntos que parecían requerirlo, como el anterior, hemos consultado una edición alemana, pero en general nos basamos en una española. Todas las citas anteriores son de su Parménides]

Burocracia: {El libro de Teresa Oñate, El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente, también parece en ocasiones estar determinando con exactitud aspectos de la filosofía griega, hablando de “un solo sentido muy preciso” en la pg. 85 de El nacimiento…, o de “incorrecto” en la página 103}

Asimismo, hay una traducción del alemán al otros idiomas que Heidegger no tiene por qué considerar, pero nosotros sí. Al leer Platons Lehre von der Wahrheit elegimos una traducción con pinta de reputada (HEIDEGGER, Martin. Pathmarks. Trad. William McNeill. Cambridge: Cambridge University Press, 1998. Impreso), por tanto nuestra sorpresa fue máxima cuando encontramos lo siguiente At the same time, Plato seeks to avoid false interpretations..., que en el alemán original es Abwehrend will Platon zugleich zeigen, dass die παιδεία nicht darin ihr Wesen hat.... En el primer caso se utiliza el vocablo “falso” y en el segundo una construcción similar a “no tiene en su esencia”. En el contexto de diferentes concepciones de la verdad, ambos tienen un significado muy diferentes.

Por último, la obra de Heidegger habla de los griegos con alegría, de forma general: Los griegos nunca pensaron expresamente ἀλήθεια ni lethe en su propia esencia, ni el fundamento de su esencia, porque lo hacen dentro de esa esencia. Su idea es buscar el substrato compartido, pero no explicita a quienes abarca. Esto pudiera o bien ser un problema de indefinición o una asunción de homogeneidad que pudiera resultar injustificada. Sea como fuere, esa visión queda complementada por La teología de los primeros filósofos griegos, de Werner Jaegger, que considera las particularidades de diversos autores, y el propio autor expone en Platons Lehre von der Wahrheit que en Platón confluyen ambos modos de verdad: La prioridad de la idea sobre la ἀλήθεια da lugar a la transformación en la esencia de la verdad, de desocultamiento a la corrección de la aprehensión y del enunciar. Como desocultamiento, la verdad es un rasgo fundamental del ente mismo. Pero como corrección de la mirada, se torna en una característica del comportamiento humano hacia los seres. Así, en Platón la verdad es, al mismo tiempo, desocultamiento y corrección, si bien la desocultación ya está bajo el yugo de la idea.

3. Aproximación a la ἀλήθεια mediante algunos ejemplos.

A pesar de la meritoria labor teórica de Heidegger, tras leer y reposar su texto veo que falta algo: El caso particular que conduce a la comprensión del todo general. Nietzsche afirma que “el concepto es la necrópolis de la intuición”, a lo que Heidegger podría escapar afirmando que “La palabra verdad nos remite a una definición; el desocultamiento nos remite a imágenes e intuiciones”, y sin embargo las imágenes en el Parménides son escasísimas, destacando una curiosa disquisición acerca de la máquina de escribir. Por contraste, en Nietzsche las imágenes pululan con total libertad.

En general la imagen, ya sea como mito, analogía o ejemplo parece imbricada en la filosofía de la Antigua Grecia. Por tanto me resulta desconcertante que Heidegger no presente la idea de ἀλήθεια, mediante una forma próxima a su tradición, sino a través de una prosa árida y académica. ¡El ejemplo, la analogía, el mito: la imagen, tiran hacia el desocultamiento del asunto sin necesidad de hacerlo inaccesible! 

No todo ocultamiento es lo falso ni todo lo falso es ocultamiento. Un ejemplo de ello es el grupo “The Yes Men”, cuyo lema es “Las mentiras pueden exponer la verdad”, que resulta paradójico e inquietante para una concepción de la verdad como corrección, pero no para la verdad como ἀλήθεια. En una de las actuaciones de este grupo, el lema se implementa haciéndose un miembro pasar por representantes de la empresa Dow Chemicals ante la BBC. Admite la responsabilidad total de un desastre químico, ofreciendo compensación monetaria a las víctimas. Y esta mentira expone la naturaleza de la empresa, que en realidad nunca haría algo porque es lo correcto, y no porque maximiza beneficios. El vídeo se puede consultar aquí: https://www.youtube.com/watch?v=LiWlvBro9eI

Otra instancia de la tensión entre lo falso y el ocultamiento es la ley de Godhart, que afirma lo siguiente: cuando un indicador socioeconómico u otro medidor se convierte en el objetivo de políticas socioeconómicas, pierde su contenido informativo. Un ejemplo un tanto burdo es el siguiente: Si una agencia de ratings fiscales une su puntuación al crecimiento del PIB de un país, y calcula este midiendo las toneladas de cemento producidas, China puede producir una cantidad arbitraria de cemento para luego enterrarlo. Esto resultaba caunto menos curioso: la verdad como corrección está sujeta a manipulaciones en la medida en la que requiere aproximaciones, mientras que la ἀλήθεια es inmune a ese tipo de engañifas.

Un ejemplo matemático ilumina que el desocultamiento es desprendido del ocultamiento tras un proceso de conflicto, y también como es que la ἀλήθεια se refiere a la relación cambiante entre las cosas y los hombres. Así, una ecuación matemática puede ser particularmente barroca, pero a medida que se aplica a diferentes situaciones, a medida que se entiende cómo cambiar cada uno de los términos deshace la identidad; en definitiva, a medida que nos relacionamos con ella, la dificultad se derrite. Por otra parte, una ecuación puede estar diseñada a mala fe de tal forma que oculte su verdadero significado, y sometiéndola a ciertas manipulaciones se nos revela con claridad el asunto. En ambos casos, a medida que vamos relacionándonos con ella, la ecuación es igual de cierta y correcta pero progresivamente más desoculta.

La contrapalabra de ἀλήθεια es pseudos, el ocultar cuyo mostrar distorsiona y en este caso Heidegger sí da un ejemplo: El armario que colocado frente a la puerta no solo obstruye sino que distorsiona hasta el punto de pretender que no hay ninguna puerta en la pared.

Por último, con respecto al método que Heidegger emplea, este es en buena parte un análisis de lo no dicho en su decir [el decir de los griegos]. Un método análogo se utiliza en el análisis Diccionario e ideología: tres décadas de la sociedad española a través de los ejemplos lexicográficos, de la Dra. Esther Forgas Berdet que, mediante ejemplos (muchos ejemplos) del tipo [ajena]: Ella estaba ajena a todo mientras preparaba la cena, muestra la situación social en España hace unas décadas. Nótese que el propósito de la oración era exponer el significado de la palabra ajeno/a, no transmitir el prejuicio.

4. Exposición teórica.

Todo ha sido dicho ya, y sólo queda recoger todo y colocarlo con cuidado en una vitrina, de tal forma que parezca vulgar y para que jamás se pueda volver a tratar y mucho menos cuestionar. Esto por hoy se deja como ejercicio al lector.

5. Bibliografía

Siguiendo a Kant, las ideas son un bien común.

6. Nota: Se recibe con alegría toda crítica.